El parque neolítico de Bañolas
El famoso lago no es la única singularidad de Bañolas. Esta ciudad gerundense puede presumir de tener un yacimiento arqueológico único en toda la Península Ibérica y uno de los más antiguos de Europa: el Parque Neolítico de la Draga. ¿Y qué lo hace tan especial? Pues que se trata de un yacimiento subacuático, situado en un ambiente lacustre, que ha permitido conocer mejor que nunca cómo eran y cómo vivían nuestros antepasados hace 7.000 años.
El Poblado Neolítico de la Draga se construyó hacia el 5.350 a.C. y estuvo habitado hasta el 4.950 a.C. Entonces, las aguas del lago eran dos metros más bajas que hoy en día, de modo que los vestigios de las antiguas casas quedaron inundados y eso contribuyó en su conservación. Las sociedades neolíticas utilizaban un 97% de materia orgánica, como madera, cuernos y huesos, para construir los poblados y fabricar todo tipo de herramientas y utensilios para su día a día. Con el paso del tiempo, la materia orgánica desaparece y la mayoría de yacimientos arqueológicos de esta época solo pueden aspirar a recuperar una ínfima parte del 3% inorgánico. El Parque Neolítico de la Draga es la excepción, precisamente porque estos restos de materia orgánica quedaron atrapados en un nivel freático, protegidos por el agua y sin apenas oxígeno que los estropeara.
Fue a raíz de las obras llevadas a cabo con motivo de las Olimpiadas de Barcelona de 1992, durante las cuales Bañolas fue la sede de las competiciones de remo, que se descubrieron los primeros restos arqueológicos. El yacimiento tiene una extensión de 8.000 metros cuadrados, de los cuales 7.000 están en tierra firme y 1.000 están sumergidos, y se ha excavado un 10% del total. Desde hace 25 años trabaja en este yacimiento un equipo internacional de arqueólogos, restauradores y expertos de distintos ámbitos, liderados entre otros por Antoni Palomo, Doctor en Arqueología Prehistórica por la UAB y fundador y director de la empresa Arqueolític. Hasta ahora han recuperado 50.000 restos arqueológicos, entre los cuales hay más de 170 objetos de madera, como los palos sobre los cuales erigían las cabañas, recipientes, mangos o cestos, y tres arcos de los más antiguos hallados nunca.

El Dr. Antoni Palomo muestra cómo arqueólogos y restauradores recuperan materia orgánica de los sedimentos.
En el Parque Neolítico de la Draga se excava solo dos meses al año y en julio hacen jornadas de puertas abiertas que nos permiten ver cómo trabajan y cómo desarrollan las distintas tareas que rodean una excavación arqueológica, como la flotación de sedimentos para extraer la materia orgánica de la tierra o bien el análisis y restauración de los hallazgos más pequeños.
También podemos aprender e imaginarnos cómo era y cómo se vivía en este poblado neolítico con las explicaciones del Dr. Palomo o de alguno de sus compañeros. Por ejemplo, descubrimos que construían con madera de roble y piedras de travertino que encontraban en las orillas del lago, que fabricaban muchos instrumentos de sílex, como cuchillos, y que les gustaban mucho los ornamentos y colgantes, para los cuales también usaban conchas que obtenían cuando iban de “excursión” a la costa. Como las sociedades neolíticas eran principalmente agricultoras y ganaderas, cultivaban cereales y legumbres como maíz, espelta, cebada, habas y guisantes, y tenían animales domésticos como ovejas, vacas, cerdos y cabras de los cuales aprovechaban la carne y la leche. Esporádicamente cazaban conejos, jabalíes, ciervos, tejones, zorros, codornices y perdices rojas, también pescaban moluscos de agua dulce, fochas y tortugas, y recolectaban frutos silvestres del bosque para completar su dieta.
Si te animas a visitar este yacimiento singular, hay visitas guiadas todos los fines de semana de junio a octubre. Encontrarás más información en el website del Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles, entidad coordinadora de las excavaciones, realizadas conjuntamente con la UAB, el CSIC y el MAC.