#Entrevista desde el sofá: Sarah, de Zúrich a Barcelona
Hasta ahora, los protagonistas de “Entrevistas desde el sofá” dejaban Barcelona para ir a otro país. Esta vez, la protagonista deja su país para venir a Barcelona.
Hace diez años, cuando estudiaba Ciencias Políticas, Sarah Bütikofer aprovechó una beca Erasmus para cambiar Zúrich por Barcelona durante un año, y cursar parte de sus estudios en la Universidad Pompeu Fabra. Enamorada de Barcelona desde entonces, siempre que podía aprovechaba las vacaciones para venir a pasar unos días. Hasta que hace dos años, su marido Romain recibió una oferta para trabajar en la UPF como profesor universitario. Los dos decidieron emprender esta nueva aventura con Milo, su hijo, y desde entonces viven en el Ensanche. Sarah, politóloga de profesión, nos habla de los cambios en su vida y en su Barcelona.
1. ¿Cómo ha sido tu reencuentro con Barcelona?
Muy bueno en general, aunque muy diferente. Hace diez años vine como estudiante de intercambio y disfruté de este estilo de vida. Diez años más tarde he venido con mi familia y, por supuesto, todo es un poco diferente. Vivo más la Barcelona de día: los parques, los mercados, los sitios para ir con niños… También conozco mejor la vida «normal», porque tener un niño te hace vivir como cualquier otra familia de la ciudad. Tengo que buscar cole, ir al CAP a menudo y paso más tiempo en casa y menos saliendo.
2. Tres semejanzas y tres diferencias entre la vida en Zúrich y en Barcelona
Diferencias:
– Aquí se vive de un modo más relajado que en Suiza. Además, aquí me siento con más espacio. En Zúrich vive demasiada gente para las infraestructuras de la ciudad. Está todo siempre a tope.
– El clima y sus consecuencias. En Barcelona se vive más al aire libre, da igual la edad, todo el mundo sale a dar una vuelta, está en la calle, en el parque. En Zúrich es muy diferente. Allí la gente mayor no sale mucho, las familias van a unos sitios y los jóvenes, a otros. En Barcelona hay mucha más mezcla. Eso me gusta, que se vea gente mayor de buen humor por la calle.
– Zúrich, en el fondo, es un pueblo. Barcelona es urbana y real, para lo bueno y para lo malo. Tiene los problemas propios de las ciudades grandes y las metrópolis, pero también hay más cosas que hacer y que descubrir.
Semejanzas:
– Muchas cosas funcionan de una manera bastante eficaz, como en Zúrich: el transporte público, el reciclaje…
– En ambas hay muchos restaurantes, bares, cines, oferta cultural y opciones para divertirse por la tarde/noche. A los habitantes de las dos ciudades les gusta salir y disfrutar de la vida.
– Las dos son muy deportivas. A lo largo del río Limmat y de la orilla del lago de Zúrich hay tanta gente practicando deporte al aire libre como en los parques y las playas de Barcelona. Creo que esto ha ido a más en los últimos años.
3. Rompe un tópico de Barcelona…
¡Barcelona no es solo una ciudad de mar! Desde la montaña tienes una perspectiva totalmente diferente y, además, allí casi no hay turistas.
4. Una imagen, un sonido, un olor y un sabor…
– Una imagen: ¡Hay tantas! La calle Reina Cristina a la hora del aperitivo…
– Un sonido: Para mí, el sonido típico son los fragmentos de las conversaciones de los vecinos charlando en su piso, que se oyen por los patios interiores de la finca. Es indiscreto e impersonal, pero te hace participar un poco de la vida de los otros.
-El olor: En Catalunya, a orillas del Mediterráneo, siempre asocio el verano con el olor de los pinos, que tanto me gustan.
– El sabor: ¡La clara! No me gusta ni la cerveza ni el panaché, que es la mezcla de cerveza y Sprite en Suiza, pero me encanta la clara.
5. Un rincón que no salga en la guía…
Mmm… Entonces mejor no decirlo, ¿no? Consulta la pregunta de “Rompe un tópico”.
6. Un consejo para sobrevivir en Barcelona…
Como en cualquier otro sitio, tener amigos cerca es lo más importante para sentirse bien y como en casa.