Crónicas de viajes

Published on octubre 28th, 2016 | by companysdeviatge

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Las Cuevas de Dambulla, un tesoro esrilanqués

Son un destacado centro de peregrinación budista e hinduista desde hace 2.200 años y una verdadera obra de arte que superó con creces nuestras expectativas, que ya eran altas. Y es que las Cuevas de Dambulla, consideradas la superficie antigua pintada más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son un espacio de gran belleza y espiritualidad.

De hecho, su nombre oficial es Templo de Oro de Dambulla porque el acceso al recinto está presidido por un llamativo Buda dorado sentado de 15 metros de altura, que mira hacia la Fortaleza de la Roca del León de Sigiriya, y una gran dagoba también dorada, que no hacen justicia a la maravilla que nos espera.

Vistas de Sigiriya desde el Templo de Oro de Dambulla

Vistas de Sigiriya desde el Templo de Oro de Dambulla

De las más de 80 cuevas y grutas que han hallado, se visitan cinco, pero solo estos cinco santuarios atesoran 157 estatuas de Buda en diferentes posiciones y frescos de colores vivos que cubren completamente paredes y techo, fechados entre el siglo I y XVII. Estos murales narran historias de la vida de Buda, incluidos los cuentos Jataka sobre sus anteriores vidas en el Templo del Gran Rey, y describen momentos clave de la historia de Sri Lanka.

Soportales de estilo colonial en la entrada a las Cuevas de Dambulla

Soportales de estilo colonial en la entrada a las Cuevas de Dambulla

Las cinco cuevas excavadas en la roca fueron embellecidas durante la época colonial con unos soportales de color blanco que conectan las sucesivas entradas y nos protegen del sol y el calor.

Devaraha Viharaya o Templo del Rey de los Dioses

En la primera cueva, ya vemos la impactante figura de un Buda reclinado de 15 metros de longitud con unos pies enormes, cuyas plantas están típicamente pintadas con flores y figuras geométricas de color rojo.

Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey
Mural en el techo del Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Mural en el techo del Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

La segunda cueva es la más grande y espectacular de todas. Tiene 52 metros de ancho, 23 metros de profundidad y 7 metros de altura. Nada más entrar nos sentimos abrumados al contemplar tantas figuras de Buda y los magníficos frescos que cubren todo el techo como si se tratara de un enorme y delicado lienzo que no deja ni un solo trozo de roca al descubierto, además de una dagoba central. Pero poco a poco percibimos la armonía con la que todos los elementos están dispuestos y de la belleza y el valor de estas auténticas obras de arte. En silencio y a cámara lenta disfrutamos de la paz y el misticismo de este espléndido santuario budistas. Hay que decir que también ayuda el hecho de ser prácticamente los únicos visitantes y es que muy pocos suben a las Cuevas de Dambulla a primerísima hora de la tarde, con un sol y un calor sofocantes, que se ven recompensados en el interior de las cuevas, que mantienen el frescor de la roca.

Buda reclinado de 15 metros de largo en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Buda reclinado de 15 metros de largo en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Budas sentados meditando en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Budas sentados meditando en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Buda en posición de conocimiento en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Buda en posición de conocimiento en el Maharaja Viharaya o Templo del Gran Rey

Maha Alut Viharaya o Nuevo Gran Templo

En la tercera cueva destaca otro Buda reclinado rodeado de una cincuentena de figuras más pequeñas y más pinturas con motivos florales y formas geométricas, algunas de las cuales son ya del siglo XVIII, momento hasta el cual este espacio se había utilizado como almacén o despensa.

Buda meditando en el Maha Alut Viharaya o Nuevo Gran Templo

Buda meditando en el Maha Alut Viharaya o Nuevo Gran Templo

Pachima Viharaya

Es la cuarta cueva y la más pequeña de todas. Contiene una pequeña dagoba agrietada, fruto de un intento de robo que pretendía extraer las joyas de una antigua reina esrilanquesa que supuestamente guardaba en su interior, rodeada de Budas sentados con las manos en posición de meditación emulando la forma de un cuenco vacío.

Interior de Pachima Viharaya con la dagoba rota

Interior de Pachima Viharaya con la dagoba rota

Devana Alut Viharaya o Segundo Nuevo Templo

La quinta y última cueva, la más nueva de todas, anteriormente utilizada como almacén. Aquí Buda está acompañado de dioses hindúes, como Kataragama y Vishnu.

Interior del Devana Alut Viharaya o Segundo Nuevo Templo

Interior del Devana Alut Viharaya o Segundo Nuevo Templo

Para llegar a los templos-cueva de Dambulla hay que subir hasta la cima de una colina de 100 metros de altura, siguiendo un camino fácil con tramos de escaleras, amenizado con las vistas del entorno y los divertidos macacos que son toda una atracción. Desde principios de 2016 ya no hay que pagar entrada para visitar las cuevas, ya que gracias a los donativos privados la financiación de las tareas de mantenimiento está suficientemente garantizada. Justo antes de entrar en el recinto de las cuevas nos tendremos que descalzar, así que recomendamos llevar unos calcetines para no quemarnos los pies con el suelo excesivamente calentado por el sol.

Familia de macacos en las Cuevas de Dambulla

Familia de macacos en las Cuevas de Dambulla

Sin duda, las Cuevas de Dambulla son, en términos culturales, la visita que más admiración nos ha causado durante nuestro viaje por Sri Lanka. Eso sí, antes de llegar, en el trayecto de Kandy a Matale, tuvimos también ocasión de ver el Templo de Aluvihara, uno de los más antiguos del país, también excavado en unas cuevas rodeadas de roca que se desprendieron de la montaña. En una de ellas, decorada con bonitos murales, hay un Buda reclinado de 10 metros de largo, mientras que en otra están representados de forma bastante impactante los reinos del infierno. Unas escaleras conducen hasta la parte más alta del santuario, coronado con una dagoba blanca y con hermosas vistas del paisaje.

Templo Aluvihara en Matale

Templo Aluvihara en Matale

 

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Bloc de viatges de Susanna Rodríguez Rafí (periodista de viatges) i Jordi Bosch Díez (traductor i guionista). Blog de viajes de Susanna Rodríguez Rafí (periodista de viajes) y Jordi Bosch Díez (traductor y guionista).



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