#Entrevista desde el sofá: Marco Boni, Barcelona con humor toscano
Marco llegó a Barcelona hace casi tres años acompañado de su Vespa y Pelé, un gato negro enorme. En la ciudad de Dante, David y Miguel Ángel, conoció a Joana, trabajando en el Instituto Universitario Europeo de Florencia. Ella es la razón por la cual un florentino amante del baloncesto, DJ a ratos y técnico de sonido a jornada completa, ha cambiado el Ponte Vecchio por la Sagrada Familia.
1. Conocías Barcelona como turista, ¿cómo la ves ahora que vives en ella?
Como turista había estado varias veces y siempre me había gustado el dinamismo y la imagen de ciudad de referencia de modernidad e innovación. Viviendo aquí te das cuenta de que gran parte de esta imagen en el extranjero es un poco artificial y no se corresponde con la realidad de la ciudad, que tiene muchas contradicciones en su interior.
Por ejemplo, cuando vine de viaje la primera vez hace 15 años, después de 26 horas de tren, salí del metro en la parada Liceu en las Ramblas y me dije “Estoy en la mítica Rambla”. Entonces me parecía uno de esos lugares donde todo te puede sorprender e inspirar. Después vi que todo en la Rambla es un intento de vender cosas a los turistas y de que vayan a comer a uno de los fast food, lo mismo que ha pasado en muchas otras ciudades del mundo.
2. Tres diferencias y tres semejanzas entre la vida en Florencia y en Barcelona
Diferencias:
– La gente sale mucho más y vive más fuera de casa en Barcelona. Será porque aquí hace más calor y por la diferencia de precios. Aquí es más barato comer y tomar algo fuera, eso ayuda.
– Vivir en Florencia es como andar por un museo, parece que se haya detenido en el año 1400 y todo está hecho para vender el arte y la cultura. Quizás sea bonito para los turistas, pero la gente que vive allí tiene que pagar precios como los de los turistas, sin serlo. No hay mucha vida cultural ni espacios para música y actividades que no estén relacionadas con la imagen renacentista de la ciudad, por lo que puedes encontrar un montón de conciertos pesadísimos y caros de música clásica y muy pocos de otro estilo. En Barcelona es diferente: hay muchos conciertos y eventos y música de todo tipo. Tengo la sensación de que aquí todo está hecho más a medida de la gente.
– Las bromas chinchonas que hacemos entre florentinos, como una forma de medir al otro. Le haces una broma o te ríes de él inventando algo cachondo; si se cabrea se converitrá en el objeto de bromas continuas porque hace más gracia cuando el otro se enfada, pero si se ríe o contesta con otra broma sobre ti, entonces es que has encontrado un compañero cachondo. En Barcelona no funciona así y a veces se malinterpreta mi intención, je je je.
Semejanzas:
– El carácter catalán se parece bastante al carácter florentino: un poco cerrado y desconfiado con los que no conoce, aunque al final somos «bona gent» (buena gente), ja ja ja.
– Tenemos el mismo estilo trabajo-casa. Yo creía que en Barcelona todo el mundo después del trabajo iba tomar algo (a hincharse a quintos), pero la mayoría se van directos a casa.
– El Barça aquí es como la Fiorentina allí: el tema dominante en la ciudad. Aunque, bueno, ¡la “Viola” es mucho mejor!
3. Rompe un tópico de Barcelona…
No sé, los tópicos que conozco son que son agarrados y un poco fríos. Generalizando, creo que son reales, je je, pero los florentinos somos mucho más cerrados, aunque no agarrados.
4. Una imagen, un sonido, un olor y un sabor…
– Una imagen: siempre me gusta pasar por la Plaza del Rei por la noche, pero una imagen que me ha impactado últimamente es la vista desde el hotel Porta Fira en L’Hospitalet, me he dado cuenta de la estructura de toda Barcelona.
– Un sonido: el del butanero que toca la bombona y el del afilador con su máquina de afilar cuchillos.
– Un olor: el del pescado frito de los vecinos chinos de abajo, tienen un bar y cocinan todo el día.
– Un sabor: el del allioli, sobre todo, al día siguiente.
5. Un rincón que no salga en la guía…
Hay un parque que tiene una especie de pista redonda que llaman “Aspirina” cerca de las Glorias, donde practican bike polo por la noche. Es como una moderna arena con gladiadores.
6. Un consejo para sobrevivir en Barcelona…
¡No sé si se puede sobrevivir en esta ciudad! Por el momento, aquí estoy, pero ayuda sonreir a la gente 🙂